Tras 3 períodos en la Municipalidad Distrital de Ate, y a pesar de su probada incompetencia, el sempiterno burgomaestre amenaza con quedarse por cuarta vez a la cabeza de uno de los distritos más grandes de Lima Metropolitana, para seguir haciendo nada.

Una docena de candidatos en carrera electoral se disputan un distrito con problemas tan diversos como su población y geografía. A Salamanca no vienen con promesas, con bolsitas de víveres, ni debates, aquí no exponen sus altisonantes y disparatados discursos plagados de ofrecimientos no viables y menos aún sostenibles, no lo hacen porque saben que no somos gente fácil de engañar.

A Salamanca viene solo uno a ofrecer tratos que depredan nuestra residencialidad: me das tu fachada para poner propaganda y yo gano y te dejo continuar con tu negocio aunque la zonificación indique que no procede, me olvido de tu certificado de Defensa Civil, construye todos los pisos que quieras y no te molesto, no me importa cuántos menores hacinados en tus dormitorios aulas, sigue invadiendo las calles como ambulante, tu cantina va a seguir funcionando, ¿Quieres la acera?: es tuya, tus rejas en calles y parques no las voy a tocar.

Así es, porque en Salamanca la crisis ha llegado a comprometer los valores, la permisividad es el modo de vida, aquí muchos prefieren olvidar que hay normas que cumplir y derechos que respetar, porque es más fácil hacer lo que se quiere en vez de hacer lo que se debe,
parece increíble pero hay quienes quieren un alcalde que los deje vivir la anarquía que parece beneficiar sus actividades, y ante el mínimo atisbo de mejora o cambio reaccionan hipotecándose a quien les prometa continuidad, y por eso en cada proceso electoral escogemos no al mejor candidato, ni al que va a trabajar más, sino al que nos va a permitir más, y así perdemos, pierdes tú y pierde tu ciudad.

#PiensaLuegoVota