Votar para no Botar
Cuando la indiferencia y la desidia deciden por nosotros
Nosotros los elegimos, los peruanos no votamos con conciencia, lo hacemos por impulso, por simpatía, una buena campaña de marketing o quién sabe qué nos empuja a marcar siempre las casillas incorrectas, la verdad es que estamos más que acostumbrados a conformarnos, después de cada proceso electoral esperamos el milagro mágico: haber votado por el mesías de la economía nacional, el que no llegará jamás porque el cambio de esta nación depende del trabajo de todos, entonces para no esforzarnos nos decimos unos a otros -y a nosotros mismos: la próxima vez veremos!.
Y así peregrinamos a cada proceso electoral esperando un milagro, irresponsables soñadores todos, convencidos de que está bien votar por el que "roba pero hace obras", así es como la inmoralidad y la corrupción reciben el apoyo popular, sí señores, el apoyo absurdo de una población que elige una vida mediocre bajo la sombra de quien se arriesga sin vergüenza ni decencia a prometer lo que no hará, a enriquecerse a toda costa, a trasgredir cada norma posible para pagar el financiamiento de su campaña, sus favores políticos, y su nuevo estilo de vida.
Aprendamos a votar, para no tener que botarlos después, en medio de procesos de revocatoria, vacancias y demás recursos que todos pagamos, porque ese dinero sale de tu bolsillo y del mío.